La tortuga moteada (Clemmys guttata) es una especie de tortuga cuyo hábitat natural se encuentra en la cordillera oriental de los EEUU. Podemos encontrar ejemplares de esta tortuga de peculiar aspecto en Virginia, Michigan, Florida, Georgia, Carolina del Sur y Carolina del Norte y hasta en Ontario, aunque su número cada vez es más reducido.
Actualmente es la única especie de tortugas Clemmys, ya que todas las demás especies de este género se extinguieron. Su hábitat natural se constituye de pequeños ríos y pantanos de aguas tranquilas. A las tortugas moteadas no les gustan las aguas muy profundas y agitadas, prefiriendo las aguas calmadas y embarradas, preferiblemente con vegetación por todas partes.
Actualmente esta especie de tortuga está amenazada en el estado de Michigan, ya que la expansión de la agricultura ha provocado que las tortugas sean más vulnerables para los depredadores, lo que ha reducido sustancialmente el número de ejemplares en este estado. La domesticación de la especie también ha hecho que se haya reducido mucho el número de tortugas salvajes
Características
El caparazón de esta tortuga presenta un aspecto de lo más peculiar, con una base de color negro oscuro o negro azulado y motas amarillas redondas en la parte superior. Este aspecto que para nosotros puede ser muy atractivo es todo un inconveniente para la supervivencia de esta especie, que se convierte en muy visible para sus depredadores.
El tamaño de estas tortugas ronda los 12 cm, siendo lo máximo que pueden llegar a medir 13-14 cm. El color oscuro de su caparazón también se extiende a su cuerpo, al igual que las manchas moteadas, que podemos encontrarlas en la zona de la cabeza. No obstante las manchas del cuerpo se oscurecen con el paso del tiempo, hasta a veces llegar a fundirse y casi desaparecer.
Dimorfismo
El dimorfismo en esta especie es muy claro, una vez las tortugas alcanzan la edad adulta. Para distinguir el sexo de las tortugas solo debemos fijarnos en los ojos de estos animales, que en el caso de los machos son marrones, mientras que en el caso de las hembras son naranjas. Además las hembras son más grandes y presentan una cola más corta en comparación con los machos.
Son reptiles muy activos, aunque hay una gran diferencia entre las tortugas capturadas en su ambiente en comparación con las de cría en cautividad: éstas últimas son mucho más dóciles, e incluso aceptan que las alimentemos directamente sin escaparse.
Hábitat
La tortuga moteada es una tortuga semiacuática, muy aficionada tanto a las zonas de agua como a las zonas secas. Por ello es perfectamente normal verla pasar varios días solo en tierra y luego también verla pasar varios días solo en el agua.
Como es una tortuga que no crece mucho, no necesitamos un gran terrario. Si solo tenemos una tortuga, con un terrario de 100 x 50 x 50 cm tenemos más que suficiente para mantener a la perfección a un ejemplar adulto. Como vemos, éstas no ocupan mucho espacio en casa.
Es importante no obstante que el terrario disponga de vegetación para que la tortuga se sienta mejor, ya que así simularemos mejor su hábitat natural. El sustrato debe estar hecho de arena gruesa y grava para facilitar las actividades de excavación de la tortuga.
La temperatura del acuario debe rondar los 22-27 grados, aunque es capaz de soportar en momentos puntuales temperaturas relativamente bajas. La temperatura del agua debe ser lo suficientemente cercana para evitar choques térmicos. La luz UV es imprescindible si el terrario no recibe suficiente luz solar directa.
Alimentación
Esta tortuga omnívora prefiere alimentarse en el agua. En su lado salvaje prefiere la vegetación, las larvas, los caracoles y los peces pequeños. En cautiverio podemos utilizar el pienso para tortugas como base de su alimentación, complementada con larvas, vegetales y fruta, e incluso piezas de carne blanca.
Cuidados
El único cuidado especial que debemos tener lo encontramos en relación con la calidad del agua. Es importante que el agua esté siempre limpia, con una temperatura y un pH iempre óptimo.