Caparazón de las tortugas acuáticas
El caparazón de una tortuga es una parte de su cuerpo que, además de ser su forma de defensa, es una señal muy identificativa de la salud del animal. A través del caparazón de una tortuga acuática podemos ver de una forma sencilla si estamos haciendo o no las cosas bien. O lo que es lo mismo: sabemos si las condiciones en las que vive nuestra amiga son las apropiadas para su bienestar.
Al ser una tortuga acuática, la calidad del agua es normal que sea el factor que más impacto cause en la salud de nuestra mascota. Pero hay muchos otros factores que influyen en nuestra mascota, y de todos ellos hablaremos en las siguientes líneas.
Luz del sol
Los rayos del sol son un factor muy importante en la vida de una tortuga. Independientemente del tipo de tortuga que sea, todas necesitan recibir una determinada cantidad de luz solar para crecer sanas. La luz solar, a través de sus rayos UV, le ayudan a las tortugas a generar vitamina D3, que es importante para la creación calcio en nuestro reptil. Sin esta vitamina, por muy rica en calcio que se la alimentación, los beneficios del calcio no podrán utilizarse correctamente.
Si te es imposible proporcionarle luz solar directa durante muchas horas al día, la solución es adquirir e instalar una lámpara de rayos UV, muy populares en los terrarios de los reptiles domésticos. Éstas simulan con precisión la acción de la luz solar y le proporcionan todo lo necesario para su correcto desarrollo.
Alimentación
Una buena alimentación, por supuesto, también es muy importante. A través de ésta el animal adquiere el calcio y los otros muchos nutrientes que necesita. La dieta de la tortuga es la principal fuente de nutrientes del animal, como ocurre por otra parte en la mayoría de los seres vivos.
Las tortugas acuáticas son omnívoras, lo que nos facilita mucho la tarea de alimentarlas ya que no es difícil definir una dieta variada con los nutrientes necesarios para el correcto desarrollo de la tortuga y de su caparazón.
El baño de la tortuga
Las tortugas acuáticas nos permiten hacer una cosa fantástica que no podemos hacer con las otras especies de tortugas: darles un buen baño. Esta tarea es más simple de lo que parece y nos ayudará a mantener el caparazón de nuestra tortuga limpio.
Lo primero que tenemos que hacer es encontrar un recipiente un poco más grande que la tortuga para colocarla en él por un tiempo. Llena el recipiente con al menos un palmo de agua y pon dentro a la tortuga. En esa agua no hay que aplicar ningún tipo de producto de limpieza. El agua solo debe ser limpia para que no sea agresiva con el animal.
Coloca a la tortuga dentro durante quince minutos. Ésta jugará en ella, dará vueltas y se mojará bien con esa agua totalmente limpia. El siguiente paso que haremos nos explica los motivos por los que no debemos hacer este baño en su acuario.
Ahora tenemos que coger un pequeño cepillo para frotar todo su caparazón. Como ha estado en el agua un buen rato, la suciedad será fácil de quitar porque estará reblandecida.
