Su caparazón duro y su aspecto rocoso ya nos dan una idea de lo resistentes que pueden ser las tortugas. Estos reptiles de movimientos lentos son verdaderos supervivientes, ya que no solo son capaces de vivir muchos años, sino que han sobrevivido a los peligros de la extinción y viven en la Tierra desde hace decenas de millones de años.
Y aunque muchos de nosotros las tenemos y las apreciamos como animales domésticos, la verdad es que éstas son perfectamente capaces de sobrevivir en la naturaleza sin ningún tipo de influencia humana. Esta falta de necesidad hace que la propia comunicación entre el ser humano y la tortuga sea muy difícil.
Pero a pesar de nuestras grandes diferencias, compartimos varios tipos de comportamientos. En las siguientes líneas identificaremos esos comportamientos comunes para aprender a interpretarlos y mejorar, de alguna forma, nuestra relación y comunicación con las tortugas.
Voz de las tortugas
La gran mayoría de los animales domésticos "hablan". Generalmente lo hacen para mostrar su estado de ánimo, sus necesidades o incluso para intentar explicarnos lo que piensan. Las tortugas sí pueden emitir sonidos por la boca, pero por otras razones, no para mostrarnos sus necesidades.
Las tortugas emiten sonidos cuando, por ejemplo, presentan una infección respiratoria. En este caso escucharemos un sonido que emite al respirar. También durante la temporada de apareamiento podremos oír sus gemidos agudos (son muy sonoros, la verdad)es algo muy audible, a decir verdad ). No obstante más que oír a las tortugas tenemos que prestar atención a su comportamiento para saber como están y reconocer si necesitan algo.
Esconderse dentro del caparazón
Éste es, probablemente, el comportamiento más característico de las tortugas, comportamiento que usan para ocultarse y defenderse de cualquier peligro que detecten. Cuando se esconden introducen dentro de su caparazón las únicas partas del cuerpo que siempre tienen visibles: cabeza, extremidades y cola.
Esta acción es principalmente una reacción defensiva, pero no siempre. Muchas veces la tortuga se oculta en su caparazón para no ser molestada.
Nadar contra las paredes
Este comportamiento puede significar dos cosas. En la primera etapa en un acuario nuevo la tortuga explorará los límites de éste. Una vez ya está familiarizada, si sigue haciéndolo, no está indicando que no se siente cómoda en su acuario o simplemente que quiere salir de él. Si la situación se repite muchas veces es momento de comprar un nuevo acuario.
Estar quieta con las extremidades
Éste es un comportamiento muy positivo, ya que significa que la tortuga se siente segura y no tiene miedo de ser atrapada. Además ésta es la forma en la que la tortuga toma baños de sol para sentirlo en todo su cuerpo.
Cuello estirado
Cuando veamos a nuestras tortugas con el cuello es señal de que éstas tratan de analizar y entender lo que está sucediendo a su alrededor. Si escucha ruidos extraños o, simplemente, si nuestra presencia despierta su curiosidad, estirará su cuello para ver y oír mejor.
Si se sienten amenazados, inicialmente también estirarán el cuello para percibir lo que está sucediendo. Si detectan algo, se contraerán para protegerse.
Agresividad
Éste es un comportamiento común cuando convive con otras tortugas. Normalmente las tortugas prefieren vivir aisladas. La falta de espacio debido a la presencia de otros individuos puede causar comportamientos agresivos.
No obstante podemos apreciar comportamientos agresivos en la temporada de apareamiento, ya que este proceso es de por sí agresivo, pudiendo incluso dejar marcas en el caparazón.
Excavaciones
Este comportamiento varía dependiendo del sexo de la tortuga. Si lo apreciamos en una tortuga macho por lo general significa que se está preparando para hibernar. En el caso de las hembras, si es en invierno puede ser un signo de que la tortuga quiere crear un nido para poner sus huevos.