Hay una serie de enfermedades que pueden afectar a nuestra tortuga, y depende de nosotros detectar de una forma prematura sus síntomas porque, por regla general, las tortugas demuestran pocos signos. Por ello siempre debemos estar alertas ante cualquier cambio en los hábitos de nuestra tortuga y conocer los posibles síntomas que ésta puede presentar.
Para hacernos expertos en el tema, a continuación hablaremos de algunas de las enfermedades más frecuentes que pueden afectar a las tortugas, hablaremos de los síntomas que podemos apreciar y veremos como actuar con rapidez.
Caparazón débil
Éste es un problema que prácticamente sólo afecta a las tortugas, ya que hay muy pocos animales (domésticos) que tengan caparazón como ellas. Una tortuga que presente un caparazón débil es signo de falta de calcio o falta de rayos UV.
Un caparazón débil puede ser problemático para las tortugas ya que puede llegar incluso a romperse, lo que sería muy grave para el animal. Si esto sucede, debes inmediatamente llevarlo a un veterinario para que pueda ayudarle.
En un estado muy avanzado de esta dolencia en el que los niveles de calcio sean casi inexistente, tendremos que acudir al veterinario para que le dé inyecciones de calcio.
Heces líquidas
Si detectamos líquido en las heces puede ocurrir que la tortuga esté sufriendo una infección en los intestinos. No es algo muy grave, ya que puede ser sanado adecuadamente mediante la toma de medicamentos específicos para esta situación.
Por supuesto debemos acudir al veterinario para que examine las heces, determine el grado de infección y te ofrezca medicamentos para corregir la enfermedad. La curación de ésta suele ser rápida. Además de las medicinas, también tendremos que desinfectar el hábitat de la tortuga para que no vuelva a ocurrir.
Neumonía
Las tortugas son muy sensibles a las corrientes de aire, por lo que es probable que sufran de neumonía si pasan demasiado expuestas en una zona con corrientes de aire. Es fácilmente detectable, ya que además de un ruido al respirar apreciaremos burbujas en la nariz y en la garganta.
Si detectamos que nuestra tortuga puede sufrir de neumonía hay que ir rápidamente a un veterinario para que le ofrezca los cuidados necesarios.
Hongos
Llegado el momento podemos apreciar la aparición de hongos en el caparazón, las patas y/o la cabeza de la tortuga. Esta enfermedad es bacteriana e infecciosa, y se presenta en las tortugas acuáticas.
Los hongos presentan el aspecto de pequeñas verrugas en la carne del animal o como manchas de color blanco y gris en el caparazón. Suele suceder por problemas de higiene, así que tendremos que acudir al veterinario y desinfectar bien todo el acuario.
Descamación
La descamación en sí no es un problema, ya que es una respuesta natural de los reptiles que sueltan sus escamas para dar paso a nuevas. Sin embargo hay que tener cuidado si la descamación es demasiado habitual.
Si vemos demasiados trozos de caparazón caído en repetidas ocasiones o incluso piezas de tamaño anormal, lo mejor es acudir al veterinario. Los ácaros pueden ser el motivo de una descamación anormal.